La gramática del tiempo

Desde la selva huatulqueña —donde el autor vive de la caza y de la pesca— nos llega ahora este nuevo texto de Da Jandra, uno de los más sorprendentes escritores que yo he encontrado en el magnífico panorama de las letras mexicanas actuales.

Da Jandra está contra el triunfo de Tánatos sobre Eros, Da Jandra está contra la muerte y odia a las ciudades en las que ve el núcleo que sostiene el vergonzoso triunfo del poder y lo profano.

Todo vuelve, parece decirnos en este libro Da Jandra, pues para este escritor —al que un día vi llegar a Ciudad de México con el propósito de cazar y pescar a los malos escritores que se cruzaran en su camino —no hay fin alguno de la Historia ni de las ideologías, más bien parece anunciarse un recomienzo de todo: una vuelta triunfante de lo sagrado que reconcilie al hombre con lo divino y enfrentar así, en la medida de lo posible, el vértigo del ser; recomienzo del aparato justiciero e inflexible del poder, que por su propia condición profana no ha podido ni podrá jamás redimir a lo social; recomienzo también, y sobre todo, de la vivencia utópica como máxima opción del individuo para sobrevivir en un mundo hostil a la vida.

Extraño cruce entre la filosofía española y la mexicana, entre Ortega y Gasset y Octavio Paz, pasando siempre por el gran Bataille, este último libro de Da Jandra ofrece una propuesta optimista y muy atrevida que nadie debe dejar pasar. Si es cierto que la felicidad consiste en merecerse la felicidad, este libro es la felicidad misma, se la ha merecido, y para leerlo el lugar ideal es cualquier casa frente al mar.

Enrique Vila-Matas

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