Proveniente de una familia de la baja nobleza, Robert Musil (Klagenfurt, 1880-Ginebra, 1942), fue rebelde a la educación de su casa. Sus padres lo enviaron a un colegio militar en Eisenstadt de 1892 a 1894; después de este colegio ingresó a un instituto militar para jóvenes oficiales. De 1894 a 1897, dada esta vivencia escribió el libro Las tribulaciones del estudiante Tórless (1906) y poco después abandonó este instituto, ya que sus intereses iban destinados a la ciencia y la técnica, y finalmente se licenció como ingeniero en una escuela superior.
Debido a su interés en este ámbito, amplió su conocimiento a las ramas de la lógica y la psicología experimental en la Universidad de Berlín.
Puesto que su primera obra escrita tuvo una gran repercusión en los lectores, hizo que todos sus esfuerzos se unificaran, llevándolo así a ser un bibliotecario y editor de una revista; además escribió dos novelas referidas a relaciones amorosas. Y es reconocido por su máxima obra El hombre sin atributos.
Las tribulaciones del estudiante Tórless es una novela donde nos presentan a un joven llamado Tórless, que se interna en un colegio donde todos los estudiantes son de pensamiento ocioso y despreocupado. Tórless entristece y se pone nostálgico al recordar a sus padres y las grandes comodidades que tenía en su casa; debido a su sufrimiento crea amistades con dos compañeros suyos, que lejos de ser una buena influencia, lo orientan a la rebeldía y al acoso de uno de sus compañeros, Basini, a quien sorprendieron robando dinero. Es una novela en donde podemos ver el famoso bullying desde hace más de un siglo.
Cabe recalcar que este tipo de rebeldía fue de un carácter no productivo, y de esta manera a Tórless se le presentan muchos problemas de violencia, al igual que una falta de cariño que se ve apegada a la homosexualidad con su compañero Basini. En esos tiempos el afecto era considerado una falta de respeto, y era reprimido y castigado.
El desarrollo apresurado de su forma de pensar de Tórless es irracional y muy pesaroso para él. Ese pensamiento de sufrimiento, como el de un adulto, le hace crecer sin la facultad para razonar, sin el crecimiento moral. La manera en que el joven percibe el mundo lo deja en una forma confusa y en duda.
Recomiendo leer este libro a los jóvenes porque en él van a encontrar una lección de vida, y a los maestros también, para que recuerden el papel de la rebeldía en los jóvenes y puedan comprenderlos.
Considero que el autor en esta obra plasma las vivencias y angustias de su vida. Al ser de un carácter rebelde tuvo que ser doblegado por militares, para poder acoplarse a ese estilo de vida. En la actualidad ser de un carácter rebelde pone en cuestionamiento su propósito. No debemos ser rebeldes sin fundamentos. Estos son nuestras armas; cuando se tienen fundamentos lógicos, ser rebelde representa un peligro en contra de las malas autoridades que nos rigen. Éstas actúan con la represión.