Columna Semanal
13 de junio del 2017

La sobrepoblación: un verdadero reto a toda la humanidad. Seremos 9,700 millones en 2050 según Naciones Unidas.

El presente siglo se vislumbra muy problemático si no se toman medidas planetarias. Actualmente somos 7, 300 millones y esta cifra ascenderá en 2030 a unos 8,500 millones. Y lo más preocupante es que en los países pobres es donde existe mayor tasa de natalidad. África representa un verdadero reto para toda la humanidad, pues Nigeria, que es el mayor país de ese continente, superará a Estados Unidos en población para el 2050, en que subirá a 389 millones… Y no podemos olvidar que China e India aportan la tercera parte de la población mundial. Con este panorama el problema de la erradicación de la pobreza, el hambre, la malnutrición y el acceso a la educación y a la salud se ve casi irresoluble.

Hace menos de cuarenta años Nueva Zelanda y Australia, incluyendo a Canadá, tenían atractivos incentivos para ir a poblar sus territorios, actualmente ya no existen tales programas y casi todos los países se han cerrado a la inmigración. China es el país que con mucho éxito ha implementado la familia de un hijo único, pero no pasa así en la India, país que podría llegar a ser el más poblado del planeta superando a China para el año 2030. El único continente que reducirá su crecimiento poblacional es Europa.

Brasil y México figuran entre los diez países más poblados del mundo y ya no existen “paraísos” por descubrir y menos por poblar. Recuerdo una campaña realizada en sexenios anteriores en donde por la radio se escuchaba a cada rato: “La familia pequeña vive mejor”. Todo niño sabe que entre menos hermanos, menos alumnos en cada salón de clase, más espacios verdes, etc., se vive mejor. La sobrepoblación hace que afloren los peores rasgos de la naturaleza humana y al contrario, la reducción de la población tiende a fomentar el desarrollo del mejor aspecto de su naturaleza. Pues las madres y los padres dispondrían de más tiempo para educar a los niños y los maestros, al tener menos alumnos, podrían darles un trato personalizado. Según el INEGI, entre 1900 y 2009, la población de Oaxaca se multiplicó 3.7 veces. Somos casi cuatro millones en Oaxaca y los que más se reproducen son los que menos posibilidades tienen para educar, alimentar y preparar para la vida a sus hijos. Hay más divorcios que matrimonios y la mayoría de estos jóvenes pasan a engrosar las cifras de los que no trabajan ni estudian, y que son presa fácil de la delincuencia y del crimen organizado.

El 78% de la población vive en ciudades mientras que el 22% en el campo. Se han realizado múltiples estudios en todo el mundo que el niño determina su conducta como hombre adulto por lo que aprendió y vivió desde su nacimiento hasta los ocho años, por eso es tan importante rescatar a la familia que es el núcleo de toda civilización. La familia se está desintegrando en el mundo, en España, muchas mujeres prefieren ser madres solteras, quieren tener hijos pero sin la "molestia" de tener un hombre en la casa. En México las madres solteras por decisión propia son muy escasas, son madres solteras porque el hombre las abandonó o engañó. Y existe un gran porcentaje de niños que sufren violencia intrafamiliar y padecen la conducta violenta del padre, cuando este existe en la familia, contra la madre. Los usos y costumbres de la población indígena aún siguen desplazando a la mujer a un segundo plano. El reto ahora es aprender a unir, no hombre contra mujer, sino hombre y mujer unidos en un equipo para que el niño aprenda a convivir y ser tolerante desde pequeño.

Oaxaca es rico en su biodiversidad, en su cultura, cuenta con un pasado mítico y artístico extraordinario, y es ahora cuando debemos unir esfuerzos sociedad civil, gobierno e instituciones para implementar a nivel masivo una campaña para la concientización de que en efecto la familia pequeña vive mucho, mucho mejor y puede ayudar a que no se rompa el equilibrio planetario, como ya está pasando.

Raga de San Gabriel

Ciudad de México, 1955. Estudió Diseño en la UAM y cursó la Licenciatura en Bellas Artes en el Instituto Allende de Guanajuato. Es pintora, ambientalista y promotora de la lectura.

Fotografía de Raga de San Gabriel

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